Posibles propuestas climáticas divagan por las instalaciones del “Pentagonito” a puertas de finalizar la COP 20. Mientras tanto, dirigentes de organizaciones invitadas al Pabellón Indígena –ubicada en la Feria “Voces ´por el Clima”- luchan por visibilizar la problemática existente en sus territorios, ajenos a la contaminante ciudad de Lima, como ajenos a su propia tierra que por ley le pertenece al estado peruano.
“Pedimos que nos reconozcan mediante una resolución, una ley estos territorios ancestrales que son de los pueblos indígenas” menciona Marcial Mudarra, Presidente de la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas de San Lorenzo (CORPI San Lorenzo), quien representa las voces de nueve pueblos indígenas ubicados entre el Alto Amazonas y el Datem del Marañon, Loreto.
“Estamos en este evento tan importante para mitigar el cambio climático. No estamos usurpando ni violando los derechos sino pedimos lo que nos corresponde”, sentencia una y otra vez el hermano Marcial. “No queremos más privatización, más inversiones, queremos seguridad territorial”.
Pero ¿cómo mitigar el cambio climático si sus territorios por ley no les pertenecen? “Ofertando los recursos que existen en la Amazonía, a pesar de que son patrimonio de los pueblos que viven allá, el Estado solamente concesiona y las petroleras hacen lo que quieren. Pastaza, Morona, Manseriche y El Marañón se declaran en estado de emergencia, pero el mismo nunca ha atendido a la población indígena”, lamenta.
“65 pueblos étnicos conformamos la Amazonía peruana y a cada uno de ellos nos corresponde nuestro territorio, nuestros recursos naturales renovables y no renovables”, declarando obligatorio este pedido. “Siempre vamos a seguir luchando frente a estos (industrias) que nos avasallan, nos presionan. Pero nunca vamos a dar paso atrás”, subraya.
CORPI San Lorenzo viene trabajando los últimos veinte años, defendiendo los derechos y la vida plena de los hermanos indígenas “porque queremos mejorar y vivir, porque no queremos que nuestros hijos sufran”, finaliza. Asegurar las tierras bajo la soberanía de estos pueblos, custodios de la biodiversidad, podría considerarse la única alternativa para la detención del irremediable cambio climático.