Pueblos indígenas aislados en su momento más crítico 

Una vez más los pueblos indígenas en aislamiento voluntario se encuentran al filo de la navaja y ven su supervivencia amenazada. No basta con las innumerables recomendaciones que organizaciones indígenas, Estados, organizaciones proindígenas y organismos internacionales hacen para evitar el contacto con estas personas, que decidieron vivir en su mundo, su bosque y habitad, lejos de la llamada “civilización”.

Los últimos reportes de avistamientos de estas poblaciones aislados en la Amazonía Peruana y brasileña, son más frecuentes; y los peligros que los asechan son cada vez mayores e inminentes. Antes se hablaba de la tala ilegal de madera y minería ilegal, ahora también están las misiones evangelizadoras, las actividades extractivas y los tours turísticos, que ven en su avistamiento un negocio lucrativo al alcance de la mano o porque no decirlo a un paseo en bote por el río Alto Madre de Dios.

Un peligro a todas luces para una población que nunca ha tenido contacto con el mundo, que ese bosque en el que viven funge como su casa, mercado y farmacia; y que mucho menos ha desarrollado anticuerpos y defensas para enfermedades tan simples y sencillas como una gripe que pueden desencadenar en la muerte de todo un grupo humano.

Ya lo hemos visto en el último avistamiento que la Fundación Nacional del Indio – FUNAI, divulgó tras la presentación de unos videos en dónde se aprecia el contacto que establecen un grupo de indígenas asháninkas del Brasil y funcionarios de la FUNAI con los indígenas aislados del río Xinane.

Posterior a este encuentro la misma organización divulgó informaciones que los tres indígenas aislados habían contraído enfermedades respiratorias y se encontraban en tratamiento, el temor por un posible contagio a los demás miembros del su clan saltó de inmediato para quienes conocen y saben de las vulnerabilidades que padecen estas poblaciones. Por fortuna la emergencia fue atendida a tiempo y no pasó a mayores o por lo menos es la información que tenemos.

Sin embargo, la situación que se vive en Perú, es preocupante pues ya no solo se debe luchar y defender a estas poblaciones de madereros y mineros ilegales, sino además de misiones evangelistas, y hasta de empresas turísticas que venden paquetes donde incluyen el avistamiento de estas personas, como si se tratase de animalitos en un zoológico.

Las innumerables denuncias (Lea nota completa Diario La Republica) realizadas por los voceros de la Federación Nativa del río Madre de Dios y Afluentes – FENAMAD, por la protección de estas poblaciones ha originado que el Viceministerio y otras entidades del Estados, tomen en serio su papel y hagan cumplir la normativa de no contacto. Pero cuánto más tiempo se podrá “controlar” esta situación?… solo el tiempo lo dirá mientras tanto La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana – AIDESEP y su base regional FENAMAD, junto a sus otras organizaciones regionales, seguir trabajando por la defensa y protección de estas poblaciones.

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