Mirna Cunningham – Miembro del Foro Permanente de Asuntos Indígenas de la ONU participó de encuentro nacional de pueblos indígenas desarrollada en Lima, en dicha acción puso de manifiesto que el racismo y la discriminación hacia los indígenas, se mantienen latentes en América Latina, donde aún está vigente el modelo de colonización implantado hace más de 500 años, pese a esfuerzos internacionales para contrarrestarlos; esa forma de pensar relacionado a los pueblos indígenas “como algo atrasado y salvaje, en este pleno siglo XXI no puede seguir, es decir verle al indígena como sospechoso de terrorismo”, afirmó el sábado pasado la representante de la ONU. Por otra parte subrayo que “La criminalización que hacen los gobiernos latinoamericanos sobre las acciones y protestas de los pueblos originarios y de ver al indígena como terrorista refleja las concepciones racistas que trajeron los colonizadores hace más de cinco siglos”, Esa percepción radica en que “el indígena no tiene entre sus prioridades la acumulación de riquezas, muy común en la sociedad occidental, porque también piensa que se deben proteger los bosques y el medio ambiente, además de tratar de preservar su identidad cultural, lo que lo convierte en sospechoso”, reflexionó. La reunión, con asistencia de líderes de pueblos autóctonos de América Latina y el Caribe, concluyó la noche del viernes 12 del presente, con el acuerdo de asumir la defensa de sus territorios ante la depredación de empresas extractivas. Racismo histórico Cunningham – observó que aunque hay instrumentos internacionales a favor de la defensa de las naciones originarias, como la Declaración de la ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, en muchas partes de Latinoamérica la situación de discriminación hacia estos colectivos se ha acentuado. Uno de esos instrumentos es el Convenio 169 de la OIT sobre la necesidad de la consulta previa a los pueblos indígenas, cuando una empresa quiere entrar a sus territorios. Ese convenio ha sido ratificado por 14 países latinoamericanos. “Pero la mayoría de gobiernos firma acuerdos internacionales y luego los incumple; eso es firmar por firmar”, anotó. Como secuela de esa actitud los gobiernos siguen otorgando concesiones a empresas mineras en territorios indígenas: “Las transnacionales se muestran poderosas y cuentan con el respaldo de los gobiernos, algunos de ellos son débiles ante las presiones de esas empresas”. La representante del Foro Permanente de la ONU aclaró que las naciones originarias no se oponen al desarrollo, pero “planteamos que ese desarrollo debe respetar todas las formas de vida y debe ser sostenible”, remarcó que las naciones indígenas tienen un modelo de desarrollo propio que debe ser respetado y que se basa en la defensa del medio ambiente y de los recursos naturales, especialmente del agua. Finalmente preciso con firmeza que el papel de los movimientos indígenas es encontrar con mecanismos de control para monitorear que los gobiernos cumplan las normas internacionales, dijo al señalar que el objetivo es que la conferencia de pueblos indígenas del próximo año incorpore nuevos acuerdos para aplicar de manera efectiva las normas en defensa de sus pueblos y que los Líderes indígenas planten que el desarrollo se deben respetar todas las formas de vida, equilibrada y sostenible.
ONU – Discriminación a indígenas en América Latina se mantiene como en tiempos coloniales
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