La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana saluda el aniversario número 33 de la Federación Nativa del río Madre de Dios y Afluentes-FENAMAD base regional de AIDESEP que celebró este 16 de enero un año más de lucha por la defensa de los derechos territoriales de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario o contacto inicial.
FENAMAD fue fundada por las comunidades indígenas en 1982, con el objetivo de defender los derechos reivindicativos y promover el bienestar de los pueblos indígenas de madre de dios. Este se originó como una iniciativa de un grupo de líderes indígenas del pueblo harakbut ante la necesidad de defender sus derechos ancestrales, que en ese entonces ya eran vulnerados por el propio Estado e invasores.
Esta organización base de AIDESEP está integrada por siete pueblos indígenas: los Ese eja, Harakbut, Matsiguenka, (originarios de Madre de Dios), Shipibo, Yine, Amahuaca y Kichuaruna (provenientes de la selva norte) que habitan en 33 comunidades nativas reconocidas por el Estado, dos de ellas ubicadas en territorio cusqueño.
Cabe recordar que su principal ideal de lucha es la defensa de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario que habitan en las profundidades de la Amazonía lejos del contacto con la sociedad y que se alimentan de lo que la naturaleza les provee, ya que son cazadores y recolectores, aunque también practican la agricultura en forma incipiente.
Pero debido a los cambios de estos últimos años y de la construcción de la carretera Interoceánica, los pueblos indígenas han sufrido una fuerte transculturización que ha puesto en peligro la integridad de sus territorios, su propia identidad y sus valores culturales.
Pese a intentos divisionistas de enemigos del movimiento indígena, FENAMAD y sus jóvenes líderes siguen al frente consecuentes con sus raíces ancestrales y la defensa de sus derechos consagrados en normas nacionales e internacionales.
El dato:En Madre de Dios los primeros indígenas en ser contactados por los misioneros españoles fueron los Ese eja en la primera década del siglo XX. Cuarenta años después siguieron los harakbut y matsiguenkas. Desde el 70 comenzaron a formar comunidades nativas reconocidas por el gobierno de Velasco Alvarado.