Emergencia anunciada: inundaciones golpean a comunidades indígenas sin respuesta del Estado

A pesar de enfrentar cada año las mismas emergencias, las comunidades siguen dependiendo de sus propios recursos, mientras el Estado continúa sin implementar medidas preventivas efectivas.

Las comunidades indígenas de Junín, Loreto, Ucayali y otras regiones del país están enfrentando, nuevamente, la devastadora fuerza de las lluvias intensas y las inundaciones.

Más allá de la destrucción de hogares y la pérdida de cultivos, estas emergencias ponen en grave riesgo derechos fundamentales, como la educación de miles de niños y la seguridad alimentaria de las comunidades nativas.

Impacto en las escuelas 

Hasta el último reporte del Ministerio de Educación, emitido el 5 de marzo, se registraban 166 escuelas afectadas por las lluvias, huaicos e inundaciones.

Sin embargo, la cifra actual superaría las 800, según reportes de las autoridades regionales, que han identificado más daños en instituciones educativas.

En particular, en la cuenca del río Ene, provincia de Satipo, Junín, más de 7,000 estudiantes de siete instituciones educativas no pudieron iniciar sus clases el 17 de marzo.

Esto se debe a las severas afectaciones en la infraestructura escolar, como aulas inundadas, techos perforados y la falta de mobiliario escolar.

Así lo confirmó el monitoreo del Sistema de Alerta Temprana (SAT) de la Central Asháninka del Río Ene (CARE) en su página web oficial. 

Estas escuelas se encuentran dentro de la jurisdicción de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) Río Ene Mantaro, que cubre el distrito de Río Tambo.

CARE 4 Emergencia anunciada: inundaciones golpean a comunidades indígenas sin respuesta del Estado

Instituciones educativas más afectadas en la cuenca del río Ene. Fuente: CARE

Asimismo, los efectos de este evento natural también impactaron a comunidades situadas en el margen izquierdo del río, que están bajo la jurisdicción de otras UGEL, en los distritos de Pangoa y Mazamari.

Como se recuerda, el 19 de febrero de 2025, el distrito de Río Tambo, junto con varios distritos en 20 departamentos del país, fue declarado en Estado de Emergencia mediante el D.S. N° 021-2025-PCM, vigente hasta el 20 de abril de 2025.

Es cierto que la Municipalidad Distrital del Río Tambo y la Base de Control Fluvial de Puerto Ocopa han colaborado en la renovación de las fachadas de las aulas del nivel inicial en la comunidad nativa de Coritiari, en la localidad de Puerto Ocopa.

Asimismo, en la comunidad nativa de Buenos Aires, la I.E. 30001-38 inició clases el 24 de marzo gracias al esfuerzo de los padres de familia, quienes limpiaron los ambientes y mobiliarios para garantizar un espacio seguro, de acuerdo a la Municipalidad Distrital de Río Tambo.

Pese a ello, las respuestas siguen siendo aisladas y temporales. Cada año, algunas escuelas reciben apoyo, mientras otras permanecen inundadas, manteniendo en crisis la educación de las comunidades, advierte la CARE.

La CARE exige que el Estado asuma su rol y actúe antes de la emergencia, implementando medidas preventivas y sostenibles para garantizar el derecho a la educación: “La educación de nuestras niñas y niños no puede ser postergada por la inacción del Estado”.

Impacto en los cultivos 

Desde el pasado 8 de marzo, las intensas lluvias en la selva central provocaron el desborde de los ríos Quempiri y Ene, afectando a más de 15 comunidades nativas y centros poblados en el distrito de Río Tambo, en la provincia de Satipo.

Entre las comunidades más impactadas se encuentran Yoyato, Osherato, Catsingari, Pamaquiari, Puerto Shampintiari, Camantavishi, Yaviro, Quempiri, Nuevo Repoblamiento y Pampa Alegre, las cuales reportaron daños en viviendas, cultivos e infraestructura comunal.

En Yoyato (comunidad nativa perteneciente a la CARE), las aguas han inundado el colegio, el jardín de niños, la casa de espera para mujeres gestantes y otros espacios públicos, así como varias hectáreas de cultivos.

Cristian Delgadillo López, jefe de esta comunidad, hizo un llamado de emergencia: “Necesitamos que las autoridades competentes actúen de inmediato”.

“Que nos ayuden con víveres, frazadas, porque todo está inundado y el agua está creciendo más, como si fuera un río grande”, exclamó el jefe de la comunidad.

En total, más de 200 familias han sido gravemente afectadas, con 1500 hectáreas de cultivos inundadas, según el último reporte del SAT CARE, fechado el 15 de febrero. 

Otras comunidades y centros poblados como el Shapo, Selva Verde de Savoroshari, Sor María y Valle Esmeralda también habrían sufrido las consecuencias de la crecida de los ríos, lo que agrava aún más la situación.

Esto incluye la pérdida de cultivos de cacao y yuca, este último un alimento fundamental para la etnia Asháninka, además del bloqueo de accesos terrestres, afectación de los centros de salud y la escasez de agua potable y alimentos.

Ante la grave situación, Julio Cusurichi, miembro del Consejo Directivo de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), también invocó a las autoridades a brindar apoyo inmediato a las comunidades afectadas.

“Las inundaciones han dañado gravemente a nuestros hermanos en varias regiones, poniendo en riesgo sus cultivos y plantaciones”.

Por su parte, Ángel Pedro Valerio, presidente de CARE, hizo un llamado directo a la presidenta del Perú para que adopte medidas urgentes y brinde la atención necesaria al pueblo Asháninka.

Ayuda humanitaria

El 24 de febrero, la CARE, junto a organizaciones aliadas y en coordinación con el Comando Especial VRAEM 2025, entregaron más de 2 toneladas de alimentos básicos como azúcar, arroz, aceite, leche, atún, galletas y menestras, además de colchas y mosquiteros, brindando apoyo a familias de Quempiri, Puerto Shampintiari, Quimaropitari Centro, Yaviro, Pamaquiari y Pajonal.

Días después, el 27 de febrero, nuevamente con el respaldo del Comando Especial VRAEM 2025, se logró el traslado aéreo de 8.5 toneladas de alimentos y enseres de primera necesidad a más comunidades y nuevamente a las comunidades Osherato, Potsoteni, Boca Saniveni, Pamaquiari, Pajonal, Quempiri, Puerto Shampintiari, Yaviro y Quimaropitari.

La Municipalidad Distrital de Río Tambo también brindó apoyo humanitario a familias damnificadas en localidades como Shinampiaro, Shicapaja y Poyeni, así como en otras comunidades cercanas a la cuenca del Río Tambo, entregando kits de alimentos, abrigo y materiales esenciales.

“Basta de emergencias anunciadas: CARE exige prevención y acción real”

Cada año, las comunidades asháninkas del río Ene enfrentan lluvias intensas que arrasan viviendas y cultivos, seguidas de incendios forestales que destruyen los bosques que sostienen su vida.

A pesar de los esfuerzos y la solidaridad de diversas organizaciones, la única respuesta que llega después de la tragedia es la ayuda humanitaria.

Como ya se ha señalado, en 2025 las lluvias han vuelto a golpear con fuerza, arrasando más de 1,500 hectáreas y afectando a más de 200 familias.

Una vez más, las comunidades asháninkas enfrentan una emergencia predecible, mientras el Estado sigue sin tomar medidas preventivas reales.

CARE ha reiterado en múltiples ocasiones la urgencia de actuar antes de que la emergencia golpee: “La prevención hace la diferencia”.

Por ejemplo, a través de la estrategia de CARE para prevenir y mitigar incendios forestales en la Amazonía peruana (PAAMARI), se ha conseguido reducir significativamente las áreas afectadas por incendios en la región.

A pesar de estos avances, la ausencia de un plan estatal efectivo para mitigar desastres de esta naturaleza sigue siendo una grave falla.

Al respecto, Tabea Casique, miembro del Consejo Directivo de AIDESEP, remarcó que “esta emergencia está afectando la economía, la salud y la seguridad alimentaria de las comunidades”.

En general, la lideresa indígena destacó que las comunidades indígenas merecen no solo respuestas puntuales, sino un plan integral y sostenible que mitigue de manera efectiva los desastres que enfrentan cada año.

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