Los derechos de los pueblos indígenas y la defensa del medio ambiente se encuentran en riesgo por la aprobación de la segunda fase de revisión y consulta del borrador de la “Política Social y Ambiental y las Normas Ambientales y Sociales” más conocida como el “documento de salvaguardas”.
Este documento, elaborado por el Comité de Eficacia de Desarrollo (CODE) del Banco Mundial, el pasado 31 de julio, aún se encuentra en fase de revisión y plantea eliminar requisitos estrictos, como es el caso de la publicación previa de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) de proyectos de alto riesgo en zonas indígenas.
Se plantea también, eliminar la función de supervisión de la política del Banco Mundial, cambiándola de obligatoria a voluntaria, asimismo se suprime la instalación automática del Panel independiente de expertos en casos de proyectos del alto riesgo.
Estos cambios son contradictorios, ya que el Banco Mundial creó una serie de políticas de salvaguardia orientadas a impulsar enfoques de desarrollo sostenible en términos ambientales y sociales, es decir, que se garantice que las actividades de las empresas no afecte a las personas y a su entorno. Con este nuevo documento se deja abierta la posibilidad de que estas políticas de salvaguarda no sean aplicadas en ciertas situaciones por los gobiernos.
Por ello, la simple sustitución de cláusulas que son necesarias para el desarrollo,por otras que atentan contra la vida, genera preocupación por parte de los pueblos indígenas, pues, burlaría su derecho a la libre determinación y a la propiedad colectiva de sus tierras, territorios y recursos, ya que se eliminarán los requisitos de estudios de referencia para informar sobre la protección del derecho a la tierra, el sustento y la vivienda adecuada.
Nuestro país presenta un débil manejo en aspectos socio-ambientales a nivel nacional pues la institucionalidad ambiental se ha flexibilizado para facilitar inversiones privadas o mecanismos de financiamiento que no consideran los graves impactos a las poblaciones y a la naturaleza. Ante ello los pueblos indígenas seguirán defiendo los bosques y la vida denunciando hechos que atentan con la naturaleza y su cultura.