Comunidades indígenas cuestionan Hidrovía Amazónica por riesgos ambientales

· Obra afectaría a 60 mil personas de comunidades nativas Achuar, Asháninka, Awajún, Bora, entre otras, en la selva peruana.

· Además, denuncian que proyecto podría provocar inseguridad  alimentaria al interferir con la reproducción de peces en ríos Huallaga, Amazonas, Marañón y Ucayali.

Lima, 15 de agosto de 2018.- Pueblos indígenas y organizaciones de la sociedad civil exigieron al Estado cumplir con los acuerdos de la consulta previa realizada para el proyecto Hidrovía Amazónica, que comprende los ríos Huallaga, Amazonas, Marañón y Ucayali.  Esta obra afectaría a unas 60 mil personas de comunidades de la selva peruana, como los pueblos Achuar, Asháninka, Awajún, Bora, entre otros. Ellos denuncian que la obra podría perjudicar el tránsito de embarcaciones nativas, el desarrollo de peces y el ecosistema de la zona.

Inseguridad alimentaria

“Uno de los temas que más nos preocupan es el dragado de los ríos. ¿Qué pasará cuando se drague los ríos? Es algo que la empresa no nos responde. Por ejemplo, desde su mirada, ellos van a trabajar en los llamados ‘malos pasos’ de los ríos, pero no entienden que los ríos cambian su ruta constantemente, hoy pueden ser 14 “zonas de dragado”, pero luego pueden ser más, porque el río siempre está en movimiento. Además, no se toma en cuenta que, por ejemplo, la curva de los ríos no está ahí porque sí, esas son zonas donde el agua amortigua su fuerza y donde van a descansar los peces para desarrollarse. Cuando hagan el dragado, ¿qué pasará con los peces?”, manifestó Rusbel Casternoque Torres, sabio indígena Kukama para el proyecto Hidrovía Amazónica, en representación de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO)-Loreto, que cuenta con el respaldo de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP).

Asimismo, indicó que la obra, así planeada, podría ocasionar inseguridad alimentaria en más de cien comunidades amazónicas. Ello, porque especies como el zúngaro o el mijano modificarían su tránsito al encontrarse con las zonas de dragado del proyecto.

“El mijano es una esperanza para muchas personas que esperan su aparición en la orilla de los ríos, para comer y vender, para poder vivir. Cuando el mijano se encuentre con la hidrovía o los dragados, ¿qué va a pasar con estos pueblos? Queremos que el Gobierno cumpla sus compromisos, ya no por nosotros, sino por los que vendrán”, declaró el sabio. “Exigimos que nos digan qué pasará por el tiempo en que se haga el dragado. Qué agua van a tomar las comunidades, de qué se van a alimentar”, agregó.

Comunidades relegadas

Rusbel Casternoque es uno de los cuatro sabios que se han identificado para ser parte del equipo técnico encargado de elaborar dicho EIA, así como de acompañar a las brigadas de campo. El sabio reclamó que no existe un plan detallado para el recojo e incorporación de sus conocimientos.

“En las actividades en las que participamos nunca nos contestan. Preguntamos cómo harán nuestras pequeñas embarcaciones para transitar por la hidrovía, si habrá indemnización por los daños o si se garantizará que no haya accidentes, ya que actualmente la fuerza del río vuelca las lanchas. Preguntamos en qué nos beneficia la obra, porque vemos que no nos beneficia en nada, y no tenemos respuesta”, señaló.

Hidrovía sin base científica

Vanessa Cueto La Rosa, presidenta de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), incidió en que no existen estudios técnicos suficientes para la determinación de los impactos del Proyecto, siendo importante que estos sean condiciones previas para el desarrollo del proyecto. Asimismo, señaló que a pesar de que esta es la primera hidrovía en el Perú se está avanzando sin contar con un Reglamento de incentivos y sanciones ambientales, un Reglamento de Transporte Fluvial, un Reglamento de Participación Ciudadana para el sector transporte  actualizado (el actual es del año 2004) y el proceso de traspaso de funciones para fiscalización del MTC a la OEFA, entre otros.

Asimismo, mostró su preocupación por la cláusula 1329 del contrato de concesión de la hidrovía, “Se señala que si luego de aprobarse el EIA, el Estado peruano identifica durante la operación nuevos impactos, y considera necesario que el concesionario implemente medidas de mitigación, estas serían obras adicionales, lo que podría implicar que el Estado pueda asumir en ciertos casos el costo por la mitigación de impactos.

Finalmente, el experto Jorge Abad, director del Centro de Investigación y Tecnología del Agua (CITA) de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) detalló algunas inconsistencias en el proyecto de la Hidrovía Amazónica, que afectarían directamente a las comunidades indígenas. “El proyecto se ha hecho sin la suficiente base científica, sin conocimiento suficiente sobre la dinámica de los ríos. No existe una línea de base para medir el impacto de la obra en las comunidades, por ejemplo”, advirtió.

Además, dijo que no existe un estudio claro sobre la cantidad de sedimentos que arrastra el río y tampoco se dice que lo vayan a hacer. Sin esa medida, alertó, sería difícil saber cuánto volumen fue exactamente el que la empresa sacó de los ríos involucrados. “Sería solo creer en lo que diga la empresa”, declaró. Adicionalmente, manifestó que los ríos Ucayali, Huallaga, Marañón y Amazonas se comportan de manera diferente, por lo que se espera que respondan diferente a las obras que se van a ejecutar. “Esto traería un cambio de hábitat de peces y un cambio también en actividades económicas como la agricultura de la población”, sostuvo. Asimismo, Jorge Abad señaló que “se puede hacer hidrovía sin dragado, aprovechando la época de vaciante para llevar menos carga, algo que ya vienen haciendo las comunidades que hacen uso del río. Es necesario usar más la inteligencia y adaptarse al flujo regular de los ríos”.

Datos de apoyo sobre la hidrovía

El proyecto Hidrovía Amazónica es promovido por el Gobierno peruano y tiene como objetivo el acondicionamiento de la navegación en cuatro grandes ríos de la Amazonía peruana: Huallaga, Amazonas, Marañón y Ucayali, por un periodo de 20 años de concesión. El proyecto está a cargo del consorcio COHIDRO, conformado por la empresa peruana CASA Construcción y Administración S.A. (50%) y la empresa china SINOHYDRO Corporation Ltd (50%).

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