El pasado 14 de marzo, el premier René Cornejo, en su exposición sobre la política general del gobierno y principales medidas de gestión, manifestó que “para continuar facilitando las inversiones, hemos declarado de interés nacional y prioritaria la promoción y agilización de la inversión (…) simplificando los trámites y reducido los plazos para los Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos y los Estudios de Impacto Ambiental”. En ese contexto anunció el relanzamiento de la inversión en exploración petrolera.
El país necesita inversiones que atraigan desarrollo sostenible e inclusivo, que generen riqueza y no un costo socioambiental que conlleve a la postre pobreza o conflictividad. Por ello tal relanzamiento, para ser óptimo, debe realizarse sin el menoscabo de los estándares socio-ambientales y en un contexto de gobernanza. En ese sentido, deberán ser características de dicho proceso la mejora de los procedimientos y la normatividad –no su debilitamiento-, el respeto a la institucionalidad, la transparencia, la coordinación gubernamental, la participación ciudadana, la inclusión de altos estándares técnicos de operaciones tanto ambientales como sociales, y el respeto de los derechos fundamentales (individuales y colectivos) de la población, principalmente aquella vulnerable y los pueblos indígenas.
Existe un fundado temor en la ciudadanía, basado en decisiones como la aprobación de los D.S. 054 y 060-2013-PCM, de que la aceleración de las inversiones se logra flexibilizando la normatividad de la evaluación ambiental, desmereciendo su importancia al calificarla como “trámite”, debilitando así la gestión ambiental.
El cambio normativo de adecuación del Reglamento de Actividades de Hidrocarburos al Sistema Nacional de Impacto Ambiental (SEIA), es la oportunidad y el espacio idóneo para el diálogo plural -que trascienda al Estado y al empresariado, donde se involucre también a técnicos, académicos, colegios profesionales y a la sociedad civil –mediante la participación ciudadana- para discutir sobre los retos que el desarrollo de las operaciones de hidrocarburos debe afrontar.
Fuente: Diario La Primera