Envenenan afluente del Lago Tipishca en Loreto 

El pasado viernes 29 de junio, en horas de la mañana; un ciudadano dio el aviso que cientos de peces muertos estaban flotando en la quebrada que  conecta el río Ucayali con el lago de Tipishca; a la par, otros pobladores daban cuenta que no eran cientos, sino miles, casi nadie le dio la importancia debida, por el feriado largo que dispuso el gobierno. Ante esta cruda realidad la Lic. Juana Valera, Gerente del Centro de Salud, dispuso un equipo de evaluación, integrado por un médico, una bióloga y dos técnicos, quienes se trasladaron a la zona, pero no tomaron las previsiones necesarias porque  no tenían la idea dónde se había producido tal mortandad, calcularon al caserío de San Juan que está ubicado a unas dos horas de la ciudad de Contamana. Estando en el mismo lugar de los hechos, comprobaron que había gran cantidad de peces flotando a orillas de las quebradas;  sin embargo, este corresponsal se adelantó unos minutos más adentro y encontró tremendos planchones de peces muertos y en estado de putrefacción, en su primer informe señaló que calculaba que había de cuatro a cinco toneladas de peces flotando al vaivén de las aguas de las quebradas y del lago. La comisión del Centro de Salud dio las recomendaciones de no beber el agua  sin antes hervirlo;  asimismo, tomaron muestras para los análisis correspondientes, dado que alrededor de los peces también hay aves muertas  como garzas, tuyuyos (patos silvestres), entre otras aves. Desesperación de los pobladores. Al inicio las autoridades competentes no daban crédito a las denuncias que hacían los pobladores sobre lo ocurrido, recién reaccionaron en horas de la tarde, cuando una delegación de pobladores de San Juan de Tipishca, había decidido abandonar el caserío por falta de agua, ya que están cargadas de grasa de pescado imposible de beber, un grupo de familias salió a la ciudad de Contamana. Esta preocupación obligó la intervención de Defensa Civil, mientras que la oficina de Produce, saldrá en horas así el lugar; voces unánimes exigen una exhaustiva investigación, para dar con  quién o quiénes resulten los responsables del tremendo daño a la biodiversidad.