Entrevista: “Para garantizar el derecho de las mujeres indígenas es necesario invertir en fortalecerlas”

Marisol García Apagueño, nos cuenta su historia, la historia de una mujer indígena desde el territorio, desde la comunidad nativa Tupac Amaru, del pueblo Kechwa, parte del consejo directivo de la CODEPISAM, una base regional de AIDESEP en San Martín.

Conversamos con Marisol, a días de su participación en la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, COP 26, realizada en Gaslgow, Escocia del 31 de octubre al 12 de noviembre del presente año. Antes de responder a las preguntas, suspira hondo y recuerda las razonas que la trajeron hasta donde está.

¿Quién es Marisol García y desde cuando se dedica a la dirigencia?

Soy una mujer a quién no le gustan las injusticas, así que se puede decir que me dedico a defender a mis hermanas y hermanos desde que tengo uso de razón, sonríe mientras responde y continúa diciendo que desde 2017 pertenece a la Coordinadora de Desarrollo y Defensa de los Pueblos Indígenas de la Región San Martín (CODEPISAM), de la Asociación interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP).

García hace una pausa para beber un poco de agua y nos cuenta que hace algunos años se inició en la aventura de promover “la resistencia del corazón verde en defensa de la amazonía” una iniciativa de asociaciones de mujeres de las comunidades del bajo Huallaga de FEPIKECHA.

¿Cuál es el rol de las mujeres indígenas en la comunidad, organización y los espacios políticos?

“Las mujeres cumplimos un rol importante en nuestra comunidad, dentro de las organizaciones y los espacios políticos porque decimos las cosas tal y como son, contamos nuestra versión basada en nuestra vivencia, las mujeres hacemos muchas acciones que ayudan a la defensa de nuestro territorio y luchamos por conseguir la titulación colectiva, ayudamos a mitigar el cambio climático, como por ejemplo, reforestar, curar nuestras cuencas de agua y sobre todo estamos trabajando en transmitir todas nuestras costumbres y tradiciones a las futuras generaciones”, explica con detalle la dirigente Kechwa.

“Educamos y administramos”

Es indiscutible el aporte de las mujeres al fortalecimiento del movimiento indígena amazónico “Cuidamos a nuestros niños y ancianos, educamos a nuestros hijos, cocinamos y administramos nuestro hogar como si fueras expertas en contabilidad o administración”.

¿Sabes? Me pregunta mientras revisa algunos apuntes en su cuaderno, para que un dirigente pueda representar a un colectivo, requiere de la ayuda de una mujer. Compartimos nuestro punto de vista para encontrar soluciones a los problemas que enfrentamos, aunque a veces sentimos que nos invisibilizan, pero a pesar de eso, seguimos luchando desde nuestros espacios y contribuir a la causa indígena, sentencia Marisol.

Cabe destacar, que desde el programa nacional de mujeres indígenas de Aidesep, se ha hecho una labor de incidencia interna para que las organizaciones base de las regiones cumplan con involucrar en sus estatutos la participación de las mujeres en sus espacios de toma de decisiones como las asambleas y su junta directiva, a la fecha esta exigencia se viene cumpliendo en todas las 9 regionales.

¿Cómo se puede fortalecer la participación efectiva de las mujeres indígenas desde sus espacios?

Para garantizar la participación de las mujeres hay que invertir en fortalecer su liderazgo y así garantizar su participación activa.

Hay mucha carencia en las mujeres porque sólo hemos vivido sometidas a las reglas del machismo, siempre invisibilizadas, siempre escondidas, las mujeres tenemos mucho potencial, mucho conocimiento ancestral y somos capaces de hacer varias tareas a la vez, como ejercer nuestro rol de madres y emprendedoras, pero muchas veces no asignan presupuesto para ayudarnos a consolidar nuestros emprendimientos basados en nuestra cosmovisión.

Aprovechamos los recursos que nos da la naturaleza, le damos un valor agregado, para poder mejorar nuestra economía, nuestra calidad de vida, pero no tenemos apoyo por parte del estado.

Queremos que nos incluyan en los espacios de la toma de decisiones a nivel político, planes, programas y proyectos dentro de nuestro territorio relacionado al cambio climático ya que somos las principales afectadas de este tema.

Respetamos la labor de los varones, pero queremos que nos incluyan en los cargos dentro de las organizaciones para ser parte de la toma de las decisiones, como muestra de que si tenemos derecho a la participación basada en la equidad de género. Varones y mujeres unidos tendremos mejores resultados.

Queremos que el Estado invierta en los emprendimientos sostenibles de las mujeres indígenas organizadas, realmente que mejores nuestra calidad de vida, como retribución a las acciones incansables que venimos realizando como defensoras de la Amazonía.

La resistencia de corazón verde en defensa de la Amazonía nace como respaldo a los varones y su lucha constante en defensa del territorio y la titulación colectiva de nuestras comunidades.

Además de la preocupación de las amenazas a las que tenemos que enfrentarnos como el narcotráfico, la tala indiscriminada, las concesiones forestales, monocultivos y tráfico de tierras. En la actualidad dos asociaciones de mujeres respaldan esta iniciativa, cada una de nosotras tenemos una historia de resistencia que enfrentamos día tras día.

Muchas de nuestras historias son tan dolorosas que nos nuestra hablar de ellos porque nos lastima, es por eso que decimos unirnos, porque necesitamos tener un espacio exclusivo de mujeres donde podremos fortalecernos unas con otras y organizarnos para trabajar en el intercambio cultural y estamos incentivando a más mujeres para que se organicen:

Hacemos ferias productivas, reforestaos, cuidamos nuestras cuencas de agua, ayudamos en el patrullaje territorial a los varones y sobre todo, defendemos la Amazonía porque es nuestro hogar.

El objetivo de nuestra iniciativa es sembrar conciencia para que nos ayuden a cuidar y defender nuestros recursos naturales. Incentivar acciones para ayudar a mitigar el cambio climático.

“Queremos que la sociedad no indígena se involucre en este trabajo. Las aguas están bajando significativamente su caudal y que esto nos afecta directamente. Queremos que se activen protocolos para que nuestras denuncias sean escuchadas y nos ser un número más de mujeres asesinadas”, agrega la dirigente que se nota exhausta de tantas preguntas.

Finalmente, le pregunto sobre las acciones concretas en desde su organización y me responde con contundencia: “Trabajamos en el rescate de la lengua materna en las costumbres y tradiciones para mantener nuestra cultura viva. Visibilizamos las acciones de las defensoras y defensores para que ya no nos sigan asesinando. Este es un planeta de todos, no sólo de los pueblos indígenas, así que no nos dejen esta responsabilidad solo a nosotras”, culminó.

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