5 mujeres indígenas representantes de los pueblos Shipibo Konibo, Asháninka, Yine y Machiguenga, de las regiones de Ucayali, Junín y Cusco desarrollaron iniciativas en gobernanza, territorio, salud, soberanía alimentaria, bosques, clima, economía, cultura y resiliencia ante la pandemia. Son al menos 100 familias beneficiadas de 9 comunidades.
Solo el 41% de las adolescentes mujeres indígenas culminan la secundaria. 3 de cada 10 comunidades nativas cuentan con establecimientos de salud, lo que incide en el fallecimiento de mujeres y recién nacidos por complicaciones en el parto. Más de la mitad de las mujeres indígenas se dedican a realizar trabajos de baja remuneración y solo el 4% de comunidades nativas tiene una mujer como jefa de su comunidad. Estas cifras son del Informe de Adjuntía N° 002-2019-DP/AMASPPI/PPI “Situación de los derechos de las mujeres indígenas en el Perú” de la Defensoría del pueblo. Sumado a estas cifras llegó una pandemia que todavía en el 2021 seguía afectando los medios de vidas de las comunidades nativas.
En este contexto, nace el Fondo Indígena Mujer Amazónica (FIMA), una iniciativa de la Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) en alianza con WWF y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en el marco del proyecto Amazonía Indígena Derechos y Recursos (AIRR), que tenía como finalidad potenciar y ampliar el liderazgo protagónico de las mujeres indígenas amazónicas impulsando sus iniciativas en gobernanza, territorio, salud, soberanía alimentaria, bosques, clima, economía, cultura y resiliencia ante la pandemia.
Mediante un concurso público, resultaron ganadoras 5 mujeres indígenas representantes de los pueblos Shipibo Konibo, Asháninka, Yine y Machiguenga, de las regiones de Ucayali, Junín y Cusco. Cada representante obtuvo un fondo de hasta S/ 18,000 (dieciocho mil soles) para realizar su plan de trabajo.
“En el desarrollo de esta iniciativa, además del apoyo financiero, se identificó que como todo proceso había la necesidad de mejorar capacidades técnicas y administrativo financieras de las ganadoras. Esto convirtió a FIMA en un gran desafío para las ganadoras y para AIDESEP, organización que obtuvo el gran aprendizaje de manejar un fondo de esta magnitud.” Esta es una de las lecciones aprendidas que más resalta Ana María Pinedo, especialista en manejo forestal comunitario con enfoque intercultural de WWF Perú.
Después de más de un año de trabajo, los resultados son alentadores, al menos 100 personas beneficiadas de 9 comunidades. En Junín, se conformó una red de trabajo y cooperación de 45 mujeres en beneficio de la seguridad alimentaria, a través del recurso sacha inchi. En Ucayali y Cusco se implementaron biohuertos familiares para la soberanía alimentaria y económica de las familias en las comunidades, al sembrar sus propios alimentos y vender o intercambiar con las comunidades vecinas.
“El Fondo FIMA priorizó a madres, hermanas, hijas, cabezas del hogar, productoras y comerciantes inspiradoras que deseaban llevar sus iniciativas comunales a un siguiente nivel y que impulsarán nuevas ideas para mejorar su calidad de vida, la de sus familias y de su comunidad”, recalca Cinthia Mongylardi Coordinadora del proyecto AIRR a nivel nacional.
También de Ucayali y Junín se transmitieron conocimientos ancestrales para el uso del sahumerio a jóvenes indígenas y lograron conformar Comités de Salud en Comunidades Indígenas. Además, se elaboraron artesanías que fueron comercializados en ferias artesanales locales generando ingresos para sus hogares.
Las cinco mujeres inspiradoras son Cecilia Brito Vásquez del pueblo Shibibo (Ucayali), Emith Timpia Semperi del pueblo Machiguenga (Cusco), María de los Ángeles Ríos Cesáreo del pueblo Yine (Ucayali), Esther Meléndez Carolina del pueblo Asháninka (Junín) y Susana Silva Morales del pueblo Asháninka (Ucayali). Ellas lograron generar impactos en jóvenes, niños, niñas y otras mujeres de la comunidad y transformaron la vida de sus comunidades. Con su ejemplo dejarán una huella en la vida de sus familias y de los que las rodean. Son mujeres protagonistas del cambio, de los saberes y su herencia.