Los bosques son sinónimo de vida: 21 de marzo, Día Mundial Forestal

No es casualidad que el Día Mundial Forestal se celebre cada 21 de marzo. En el año 1971, los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) decidieron que en esta fecha se celebre el Día Mundial Forestal, ya que en el hemisferio sur empieza el otoño y en el hemisferio norte la primavera, lo que propició la celebración a nivel mundial.

Este día fue creado para recordar la importancia de los recursos forestales, además de tomar conciencia de que son necesarios para la vida ya que nutren el suelo y purifican el aire, lo cual lo vuelve la fuente de oxígeno más grande.

Incluso, sirve muchas veces como fuente de alimento, medicina y materia prima, lo que permite el desarrollo de muchas familias además de proveer lugares de descanso y embellecer los paisajes.

Según la FAO, se pierden más de 130.000 km² de bosques se pierden cada año debido a la deforestación. La mala gestión de la tierra, la tala ilegal de madera, las malas prácticas en gestión de tierras y la conversión a tierras agrícolas, son algunas de las razones más comunes para la pérdida de bosques.

Por si eso no fuera poco, la deforestación representa casi el 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que propicia el calentamiento global, es decir: el cambio climático.

BOSQUES Y COMUNIDADES INDÍGENAS AMAZÓNICAS EN EL PERÚ

Aproximadamente hay 14 millones de hectáreas en los territorios de las comunidades nativas tituladas de la Amazonía peruana.

“El respeto y amor por la naturaleza, sentirse parte de ella y no ella como un ente ajeno y por tanto destruible en beneficio personal”.

Los pueblos indígenas de la Amazonía han desarrollado una cultura de valoración de la biodiversidad a partir de la toma de conciencia del valor para la vida y la propia existencia de su población.

Desde sus ancestros, los pueblos indígenas amazónicos han sabido manejar los recursos del bosque para alcanzar el Buen Vivir o Vida Plena (Bienestar) cuyo centro está en tener lo necesario para atender sus necesidades y las de sus familias de manera sostenible ya que de ello depende la subsistencia y supervivencia de las futuras generaciones.

Esta conciencia se adquiere cuando se establece la relación hombre-naturaleza como una relación entre iguales y cuando se aprende a conocer la riqueza del aporte del bosque y sus recursos a la vida humana y se reconoce que la existencia humana depende de la naturaleza.

Un viejo adagio cristiano dice: “nadie ama lo que no conoce” y Albert Einstein decía: “Mira profundamente en la naturaleza y entonces comprenderás todo mejor”.

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